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jueves, 20 de agosto de 2015

Yatagarasu Attack on Cataclysm - El discípulo de la vieja escuela





¡Buenas a tod@s! ¿Habéis probado ya Wizorb, el juego del mago más “tocapelotas” que os recomendé en la última entrada? Seguro que más de uno habréis pillado ya “un buen rebote”... Vale, lo admito, ha sido bastante malo, pero no se ocurría nada mejor... En fin, como seguro que muchos de los que estáis más conectados a este mundillo de píxeles y polígonos que tanto amamos habréis podido comprobar, en los últimos años hemos estado viviendo una especie de resurgir del género de los juegos de combates en 2D, una suerte de “segunda edad de oro” por así decirlo para este género que tantas alegrías dio a muchos principalmente a lo largo de la década de los 90 desde que Capcom diera el pistoletazo de salida al aluvión de hostias y proyectiles de energía de todos los colores y formas en todos los salones recreativos del mundo con su mítico Street Fighter 2, y en el que podemos encontrar varias otras franquicias que han inscrito su nombre con letras doradas en la historia de los videojuegos (y en las mentes de millones de jugones de todo el mundo), como varios de los clásicos de la legendaria SNK tales como The King of Fighters, Fatal Fury, Samurai Shodown y Art of Fighting, y en relativa menor medida otros como World Heroes, Mortal Kombat o Killer Instinct. Aunque el género nunca llegó a desaparecer por completo, la verdad es que en la década del 2000, a excepción de Japón donde el género siempre ha disfrutado de relativa buena salud, sobre todo en la escena competitiva, la cosa se apagó un poco (bastante) a pesar del nacimiento de nuevas franquicias de gran calibre como Guilty Gear. De hecho, fue durante estos tiempos oscuros cuando Capcom llegó a “cortarse la coleta” y anunció oficialmente su retirada del género que una vez dominó junto a SNK, dejando a sus rivales de Osaka “solos ante el peligro” ya que creía que el género ya no tenía relevancia en los nuevos tiempos de locura por las 3D y las escenas Hollywoodienses, hasta que unos años más tarde, en el 2009 para ser más exactos, Capcom, cual matador que se ve incapaz de dejar atrás la emoción de la arena de los ruedos y decide volver a por más gloria, decidió cambiar de opinión y se encargó de traer el género de vuelta por la puerta grande con la cuarta entrega (sin contar las tropecientas mil versiones) de su exitosa saga de combates, arrasando en ventas y críticas al igual que sus predecesores, y a la cual acompañaron nuevas entregas de los ya mencionados Guilty Gear y The King of Fighters, junto a las de otros clásicos como Marvel vs. Capcom 3 también de Capcom y Mortal Kombat, además del nacimiento de nuevas franquicias como el soberbio BlazBlue, dando así comienzo a la mencionada segunda edad dorada del género que continúa en la actualidad, y que visto lo visto tiene pinta de no parar, pues recientemente hemos sido testigos del lanzamiento del I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E Guilty Gear Xrd (sigo sin poder creer lo que los chicos de Arc System Works han logrado), y ya están en camino más entregas del propio Street Fighter y otros juegos como BlazBlue y Mortal Kombat para las consolas de nueva generación, incluyendo el nuevo juego de Dragon Ball para Nintendo 3DS de la mano de los padres de los mencionados Guilty Gear y Blazblue, el cual también parece bastante prometedor. La verdad es que, aunque probablemente el género nunca vuelva a recuperar el esplendor y glamur de su primera época dorada de los 90, cuando era capaz de convocar a legiones enteras de fans ansiosos de demostrar sus nuevos combos frente a la gradería expectante en los templos del ocio de la época, no se puede negar que el futuro de este género, que hasta hace poco parecía destinado a dejar a Ryu, Ken y compañía en paro (o mendigando dinero en alguna extraña máquina de pachinko en Japón), es de lo más prometedor, y dentro de ese futuro se encuentra precisamente el juego del que quiero hablaros en esta entrada, un humilde juego doujin que se ha propuesto plantar cara a los titanes que se disputan el título de campeón de los pesos pesados de los juegos de combates, y del que tenía ganas de hablaros desde la primera vez que lo vi una versión previa hace ya un par de años. ¿Habéis soñado alguna vez con un juego de combates en 2D que mezcle el estilo más pausado y estratégico de Street Fighter 3 con los ataques frenéticos de The King of Fighters? Pues os presento a Yatagarasu Attack on Cataclysm.


Sé lo que muchos estaréis pensando al haber leído “doujin”, estaréis pensando “ya estamos otra vez con otro de esos juegos japos raros con la jugabilidad rota y lleno de lolitas enseñando las bragas para los pajilleros más empedernidos”, pero nada más lejos de la realidad, ese cliché no solo no funciona con Yatagarasu (aunque alguna que otra braga y escote si se ve), sino que además el juego cuenta con un sistema de combate TAN sólido que es capaz de mirar cara a cara a cualquiera de los titanes que he mencionado anteriormente e incluso a otros grandes clásicos sin perder la compostura en ningún momento. Antes de empezar a describir algunas de las principales características del juego, me gustaría decir que Yatagarasu es un juego especial, un juego que no pretende “agradar a la gradería” como lo hace por ejemplo el Street Fighter 4 de Capcom con su espectacular apartado gráfico en pseudo-2.5D, sino que más bien busca a un público muy especial entre los fans de los juegos de combates en 2D, así que aquellos que estén buscando un juego de combates llamativo (y facilón) no lo encontrarán en Yatagarasu, sin embargo, aquellos que estén buscando una experiencia profunda y exigente de corte clásico como las que en su momento pudimos vivir con juegos como Street Fighter 3 y The King of Fighters encontrarán en Yatagarasu el juego que han estado buscando durante muuuucho tiempo, pues eso es justo lo que ofrece, de hecho, como explicaré a continuación, el juego coge muchas de las fórmulas que pudimos ver en esos títulos y las lleva a un nuevo nivel, y debo añadir que, en mi humilde opinión, lo hace con mucho acierto. Lo primero que habría que aclarar sobre Yatagarasu, pues ello ayudará a explicar (al menos en parte) el por qué de algunos puntos fuertes y flojos del juego, es que el juego ha sido desarrollado por un equipo indi japonés compuesto por tan solo tres personas que han tardado la friolera de 8 largos años en completar este proyecto, modelando píxel a píxel el que ha sido un sueño personal para los tres componentes del equipo durante mucho tiempo, aunque también hay que decir que los tres componentes no son precisamente “tres cualesquiera”, pues se trata de tres ex-SNK que trabajaron hombro con hombro en varios títulos de la época dorada de la franquicia The King of Fighters, es más, uno de ellos incluso competía en torneros oficiales de Street Fighter 3 en Japón, por lo que es normal que Yatagarasu recuerde muchísimo a estos dos juegos en varios  aspectos, hasta el punto de poder decir que el juego es casi una mezcla entre ambos. Casi. Sería injusto describir a Yatagarasu como “un simple clon más”, pues aunque el juego bebe ciertamente de estos y otros clásicos arcade de los 90, el equipo ha logrado imprimirle la suficiente personalidad como para distinguirse del resto.


En lo que a la jugabilidad respecta,  lejos de los largos y enrevesados combos de los juegos de combates modernos como Guilty Gear o BlazBlue, Yatagarasu apuesta por una jugabilidad mucho más conservadora, sencilla y directa que se acerca más a lo que podíamos ver en los clásicos arcade de los 90 en los que se basa, aunque eso no significa ni mucho menos que el sistema del juego no sea profundo. Al igual que pasaba en la saga de Neo Geo protagonizada por Kyo, Iori y compañía, Yatagarasu cuenta con cuatro botones dedicados a los ataques, dos para propinar puñetazos flojos y fuertes, y los otros dos destinados a las patadas flojas y fuertes. Además de estos cuatro botones, con los que, más allá de los golpes normales, podremos realizar también los típicos ataques especiales que podemos ver en la mayoría de juegos de combates en 2D, el juego cuenta también con dos botones dedicados exclusivamente a uno de los ejes principales de la jugabilidad de Yagatarsu: los parries. Yatagarasu no es el primer juego en utilizar este sistema, pues otros varios juegos lo han utilizado antes de alguna u otra forma, siendo quizá el caso más representativo el de Street Fighter 3, sobre todo después de que el jugador profesional y campeón japonés Daigo Umehara llevara a cabo su ya legendaria proeza frente al también jugador profesional y campeón americano Justin Wong en un torneo oficial del clásico de Capcom, pero Yatagarasu, lejos de conformarse con hacer lo mismo, da un paso más allá, refinando aún más la fórmula. Como comentaba, Yatagarasu cuenta con dos botones para realizar parries, uno para los ataques altos, y otro para los ataques bajos. Cada vez que realicemos un parry con éxito, nuestro rival quedará completamente expuesto a nuestros ataques (o nosotros a los suyos en caso contrario), aunque deberemos ser rápidos para contraatacar si queremos aprovechar la ventaja que hemos obtenido, ventaja que por otra parte conllevará grandes riegos, pues, al igual que Yatagarasu castiga el “aporreamiento de botones” sin sentido, también castiga el “pulsar el botón de parry por si cuela”, ya que cada vez que pulsemos uno de los botones de parry y fallemos, los ataques de nuestros enemigos infligirán más daño, con lo que habrá que pensárselo bien antes de darle al botón. Además, en el caso que nuestro rival empiece a apalearnos sin piedad con un combo, podremos utilizar también los botones de parry para reducir el daño que recibiremos con cada golpe del combo pulsando el botón de parry correspondiente con cada ataque, lo cual nos dará la oportunidad de defendernos en vez de simplemente sentarnos y esperar a que nuestro rival se canse de hincharnos a palos. Para ayudarnos con todo esto, el juego cuenta unos iconos situados justo debajo de la barra de vida que nos indicarán cuál de los dos parries estamos pulsando en cada momento (alto y bajo), además de indicarnos si lo hemos hecho demasiado tarde o temprano, lo cual deja claro lo importante que este sistema es para el juego. Aunque hará falta bastante tiempo para acostumbrase a él (y más cojo...valor aún para hacerlo en medio de la tensión de un combate), este sistema de parries añade una enorme profundidad a la jugabilidad a la vez que ayuda a diferenciar claramente a los jugadores más veteranos de los más novatos, además de añadir una tensión extra a los combates haciendo que constantemente tengamos que planear bien siempre nuestros ataques si no queremos quedar a merced de nuestros rivales, hasta el punto en que algunos combates de Yatagarasu se convierten en ocasiones en una especie de lucha o juego mental entre los jugadores, que intentarán provocar a su rival para hacerle creer que van a realizar cierto tipo de ataque para que este utilice el parry equivocado y quede expuesto a recibir más daño, y todo esto con tan solo dos botones. Para que luego digan que hacen falta muchos botones para que un juego sea complejo.


Por supuesto, Yatagarasu es mucho más que sus parries, pues el juego cuenta con otras características extra que podemos encontrar en muchos otros juegos de combates en 2D, tales como las típicas presas (y la posibilidad de zafarnos de ellas), la posibilidad de saltar hacia atrás rápidamente para esquivar los ataques enemigos, la posibilidad de ralentizar o acelerar la velocidad a la que nos levantaremos tras ser derribados, o un indicador de defensa que se irá vaciando conforme nos defendamos de los ataques enemigos, quedando completamente expuestos a los ataques durante unos segundos si este indicador se llegara a vaciar del todo. El mencionado sistema de parries  junto con todas estas (y otras) características dotan a Yatagarasu de varias capas de profundidad que tienen como resultado un versátil sistema de juego que da a los jugadores la posibilidad de acelerar y ralentizar el ritmo de los combates a su antojo, lo cual, como comentaba al principio de la entrada, hace que la jugabilidad esté a caballo entre lo que pudimos ver en Street Fighter 3, con sus combates más pausados y estratégicos basados en los contraataques, y la saga The King of Fighters, con sus combates frenéticos sin cuartel, así a veces parecerá que estamos jugando una partida del clásico de Capcom, esperando a hacer el parry perfecto para contraatacar con un combo demoledor, y de golpe y porrazo parecerá que estamos jugando a una entrega la saga de SNK, avasallando a nuestro rival sin contemplación, dando la extraña (aunque agradable) sensación en ocasiones de estar jugando a ambos títulos a la vez. Pero claro, por muy sólido que sea el sistema de combate, un juego de combates no llegará muy lejos si no cuenta con un plantel de personajes que esté a la altura de las circunstancias, y por suerte Yatagarasu va bien surtido en este aspecto. Siguiendo aquello del “menos es más”, la plantilla de combatientes de Yatagarasu está compuesta por 11 personajes, una cifra que podría quedarse corta para algunos teniendo en cuenta las enormes plantillas de luchadores de las que hacen gala algunos de los juegos de combates actuales (a pesar de que luego en el online te encuentres siempre a los mismos...), aunque quizá sea algo comprensible teniendo en cuenta los limitados recursos del equipo de desarrollo, eso sí, el juego lo compensa con creces con la enorme personalidad de todos y cada uno de los personajes del juego, los cuales van desde el “típico Ryu”, hasta el luchador rápido y ágil a lo Fei Long/Chun Li/Vega, pasando por el típico grandullón “pegajoso” a lo Zangief, todos ellos con estilos claramente marcados y diferenciados. Los personajes en cuestión son:

                                                    Aja                                                           Azure

                                                 Chadha                                                       Crow

                                                Hanzo                                                      Hina

                                                   Jet                                                       Jyuzu

                                                  Kotaro                                                    Kou
                                                                             Shimoo


Cada uno de ellos contará con sus propios movimientos característicos y ataques especiales. El juego cuenta con un indicador situado en el fondo de la pantalla, el cual se irá llenando conforme realicemos ataques o recibamos ataques. Una vez lleno, nos permitirá utilizar una de las dos “Assassin Arts” de nuestro personaje, las cuales son técnicas especiales devastadoras parecidas a los “Ultra” de Street Fighter 4. Antes de empezar cada combate, podremos elegir una de las dos Assassin Arts de nuestro personaje como nuestra técnica principal, y aunque podremos utilizar indistintamente cualquiera de las dos durante el combate, la técnica que hayamos elegido recibirá una bonificación de daño. Además, al igual también que en Street Fighter y sus ataques EX, podremos utilizar parte de nuestra barra de poder para ejecutar una versión más poderosa de nuestros ataques especiales. Como podéis ver, Yatagarasu viene bien completito, por lo menos en lo que a los combates se refiere, porque en otros aspectos como los modos de juego el juego anda un poco más justito. El juego cuenta con dos modos arcade, uno que vendría ser el típico modo historia donde una pequeña conversación entre combate y combate nos cuenta la historia de cada personaje, otro modo arcade que sería el típico de derrotar a todos los personajes en una sucesión de combates, un modo versus offline, un modo de entrenamiento muy completo, y finalmente el modo online, que es otro de los puntos que el juego puede/debe mejorar, pues además de no incluir muchas modalidades de juego, cuenta con algún que otro fallo técnico que podría llegar a privarnos de disfrutar en ocasiones de los combates como es debido, algo que un juego con un diseño centrado exclusivamente en complacer a los más fanáticos del género (los cuales suelen ser también los más exigentes) no se puede permitir, aunque el equipo de desarrollo ha prometido que estén trabajando en mejorar este aspecto, y espero que así sea, pues será precisamente la comunidad la que decida si Yatagarasu se queda como “un quiero y no puedo más” que será enterrado por las arenas del olvido, o si por lo contrario estamos hablando de uno de los grandes juegos de combates en 2D de los próximos años, sobre todo en lo que a la escena competitiva se refiere, que es donde más hincapié hace la jugabilidad del título. De hecho, hablando de escena competitiva, el juego incluye una curiosa opción (que podremos desactivar) que mostrará en pantalla comentarios en directo de algunos de los jugadores más famosos de la escena competitiva de los juegos de combates, los cuales variarán en función de los acontecimientos que tendrán lugar durante los combates, así por ejemplo, si realizamos un gran combo, el comentarista hará un comentario al respecto, pero si por el contrario cometemos una gran pifia, no dudarán en humillarnos. Esta opción pretende transmitir la emoción de los torneos oficiales cuando juguemos con otros jugadores, lo cual es una muestra más de lo mucho que los desarrolladores de Yatagarasu han tenido la escena competitiva en mente durante el desarrollo del título.



En cuanto a los gráficos, como no podía ser de otra forma en un juego de estas características, Yagatarasu desprende un aroma inconfundiblemente artesanal, con sus personajes luciendo con orgullo sus sprites pixelados esculpidos con todo lujo de detalles sobre elaborados (aunque quizá algo vacíos) fondos prerenderizados, y con unas animaciones sumamente fluidas que reflejan a la perfección la personalidad de los personajes, logrando transmitir la misma sensación que transmitían muchos clásicos de las recreativas, lo cual podría ser muy arriesgado, pues es algo que quizá no todos vean con buenos ojos, sobre todo entre los jugadores más jóvenes acostumbrados a los deslumbrantes gráficos en HD de juegos como BlazBlue, aunque seguro que a los más veteranos, que son el objetivo principal de Yatagarasu, les parecerá una auténtica delicia. Eso sí, el cuidado aspecto gráfico contrasta un poco con otro de los puntos negros del juego: el diseño de los menús, algo simplones e incluso en ocasiones hasta confusos, dando la sensación de ser un “juego barato”, lo cual es una lástima teniendo en cuenta el gran diseño artístico en general del juego, y que quizá sea debido a la naturaleza arcade del título y la falta de recursos del equipo.


En fin, ya no me extiendo más, creo que ya ha quedado claro que Yatagarasu me ha tocado la fibra sensible. Personalmente el juego es justo lo que esperaba, e incluso ha superado mis expectativas en muchos puntos. Hacía muuucho tiempo que no sentía esa sensación que sentía al entrar en un salón recreativo y ponerte frente a una de esas “cajas mágicas” rellenas de píxeles, pero Yagatarasu ha conseguido transportarme en el tiempo y hacerme sentir esa sensación. No sé, es posible que solo sea porque soy otro de esos “guerreros de la nostalgia” que dicen algunos, pero pronto sabremos si de verdad hay tantos “fans reales” de los juegos de combates en 2D clásicos como algunos claman ser, o es simplemente una excusa que usan para criticar todo aquello que sea nuevo por aquello del “tiempos pasados siempre fueron mejores”. Para muchos probablemente Yatagarasu no sea más que un vestigio de una época pasada que no necesita volver, pero estoy firmemente convencido de que todos aquellos amantes de los juegos de combates en 2D clásicos que se criaron en la época de oro del género en los salones recreativos encontrarán en Yatagarasu un más que digno sucesor de dicha época. De momento, el juego está disponible para PC a través de Steam, y en los arcades de Japón. ¡Que lo disfrutéis!


VÍDEO GAMEPLAY: https://www.youtube.com/watch?v=IT7qmOutKk0

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